sábado, 2 de abril de 2011

Smirting, la ventaja de no poder fumar en los locales.

El término Smirting, mezcla de las palabras ‘smoking’ y ‘flirting’, nació en Nueva York en 2003 para referirse a las oportunidades de ligar que ofrece el salir a fumar.

Quien iba a pensar que el recrudecimiento de la ley antitabaco traería consecuencias curiosas como el Smirting. Entre la polémica surgida por los establecimientos y el gobierno sobre la legitimidad o no de prohibir fumar dentro de los locales, o si esta ley perjudica o no los ingresos de los locales de ocio, como siempre surge algo que no se tenía en cuenta.
En estados unidos donde estas prohibiciones llegaron mucho antes, ya apuntaron a ese curioso y socializador efecto colateral de fumar en la calle .
Si lo pensamos tranquilamente es la escusa perfecta para evadirte por un momento del volumen ensordecedor de la música o el momento en que te alejas de gran parte tus conocidos para dar rienda suelta al “dichoso” vicio y te encuentras de repente en la puerta de un local rodeado de un grupo de personas que están fumando como tú y sin ruidos que impidan una buena comunicación. La famosa frase de tienes fuego puede aquí recobrar fuerza y puede servirnos como escusa perfecta para comenzar la comunicación con los otros.
A partir de ahí el ingenio se tiene que poner a funcionar, tenemos exactamente unos pocos minutos para intentar llamar lo suficientemente la atención de nuestro objetivo. Intentemos evitar los topicazos tipo “tu cara me suena” o “parece que va a llover” si no vamos a continuar con algo más ingenioso ;).
Tenemos una oportunidad única para sacar algo de información, para impresionar y en definitiva para atraer. Si hemos utilizado bien ese escaso tiempo, los siguientes pasos serán más sencillos.
Pero mucho ojo porque esta obligatoriedad de salir a fumar también a traído consigo a una nueva espacie, los llamados “falsos fumadores”, son esos que cogen el cigarrillo de un modo extraño, las “caladas” son muy pequeñas y en algún caso incluso no pueden evitar toser por la falta de costumbre al inhalar el humo del tabaco. Esta nueva modalidad de “falso fumador” es el que está pendiente de que la presa salga a fumar para aprovechar la ocasión e intentar el acercamiento. Luego, si la cosa funciona no se pueden quejar de que les molesta el tabaco.

Aunque lo interesante sería no fumar, lo cierto es que este efecto secundario da algunas alternativas nuevas para entablar relaciones, y eso siempre es bien venido.

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